el sonido que necesitas

What is America?

Por: Camilo Cely V.
@surterraneomusic

"Donde brilla el tibio sol..."

“También escupiendo para arriba, Residente habla de la salud mental de Balvin “para vender un documental”, pero hace más bien poco la canción “René” acudía al mismo lugar para generar empatía (y regalías).”

“Mi llave, lo peor de todo y lo más grave
Es que este pendejo es racista y no lo sabe”
Residente

Bien que le podrían encajar a Residente estos versos de su reciente Session junto a Bizarrap. Residente, en su arrogancia y mesianismo, ha querido hacerse identificar como un cantautor comprometido con los cientos de causas que atraviesan el continente, jugando a evocar el pasado con una canción relevante para una generación de estudiantes volcados a las calles en el inicio de la década y exprimiendo con tanta insistencia la “identidad latinoamericana” como la familia Abad el recuerdo de Don Héctor. Residente ha salido a reventar a JBalvin en la Session de Biza (y bien merecido lo tiene el tibio de Medellín) por lo que el puertorriqueño considera un acto racista ya conocido ampliamente: en el video de “Perra”, Jose con su blancura aparece llevando de la correa a dos mujeres negras que gatean mirando la cámara. La imagen es indignante desde cualquier punto de vista, ad portas de tener a nuestra primera vicepresidenta negra no se entiende cómo seguimos como sociedad perpetuando estas imágenes y validando (y financiando) a cantantes y realizadores visuales que las producen; es evidente que el racismo estructural está lejos de desparecer y que “producciones artísticas” como estas continúan alimentando la hipersexualización de la que son objeto los cuerpos racializados. 

Hasta ahí de acuerdo, pero… 

Dicha hipersexualización ha permeado también las realizaciones del reggaetonero boricua, la más descarada ocurre en el videoclip de su canción “Somos Anormales” (dirigido, cómo no, por él mismo) podemos ver como la secuencia inicial muestra el nacimiento ovíparo de una mujer negra embarazada, seguido de un plano detalle de su vulva, de cuya vagina emergen seres “anormales” y desde la cual el mismo Residente aparece rapeando mientras mira a la cámara en varios momentos. Una canción que se propone como una sátira a la concepción hegemónica de la belleza termina reproduciendo la lógica detrás de la Venus negra y continúa sometiendo, como menos en el plano de lo simbólico, a los cuerpos racializados al espectáculo circense para el espectador blanco o mestizo.

También escupiendo para arriba, Residente habla de la salud mental de Balvin “para vender un documental”, pero hace más bien poco la canción “René” acudía al mismo lugar para generar empatía (y regalías); aunque no quiero profundizar en ello, quiero apuntar a que el documental que vende Residente continúa en el camino del racismo que tanto critica, pues al realizarse una prueba de ADN decide partir en busca de “sus raíces”, reduciendo el problema del racismo a un simple porcentaje en la sangre (¿porcentaje de qué?) y usándolo como excusa para apropiarse sin culpas ni cargos de conciencia de cuanto instrumento o ritmo encuentra a su paso por el globo. 

Residente es un camaleón, se ajusta sin chistar a lo que le convenga, va a donde el viento sople: un día puede ser más rapero que KRS-One (con sus beefs que sin excepción usan versos que aluden a la violencia sexual como dominación del oponente), al día siguiente es el representante más “consciente” del reggaetón, así como puede presentarse como rockero (como epílogo en “Rompan todo”), como independentista, entre otros camuflajes. El más reciente de estos es el de políticamente correcto, de nuevo Bolívar y mesías de la identidad latinoamericana. Así aparece, como el gran redentor de “América” en su más reciente sencillo “This is not America”, en lo que parece una respuesta al hit mundial de Childish Gambino “This is America”. La canción tiene una buena intención y está magistralmente producida a nivel musical (le antecede JHT en “Tambores de agua” y “El Cholo Cósmico”), incluso hay referencias a los movimientos sociales que me parecen apropiadas sino fuera porque en Residente se vuelven simples artilugios cosméticos vaciados de ideología e higienizados por la historia.

Sin embargo, el punto de partida de la canción, al menos como yo lo entiendo, es erróneo. Empezar por responder a Gambino cuya canción y videoclip se han posicionado como una de las obras musicales más seriamente críticas con el statu quo estadounidense, el racismo estructural, la violencia policial, la legalidad de las armas, entre otros, es desafortunado y refleja una clara falta de comprensión lectora por parte de René. La canción de Childish parece en un primer momento un sencillo de trap de lo más convencional, de hecho, la letra es un refrito irónico de los hits de trap del momento, pero los niveles de lectura que ofrece el videoclip en contraste con la canción, permiten ver que eso que para Gambino es “América” (Estados Unidos) no resulta ni grato ni bueno. 

El videoclip coquetea con llegar a los 830 millones de visitas en YouTube y fue tendencia número 1 durante varias semanas a nivel mundial en 2018 debido al nivel de sorpresa y de capas que ofrece, influencers de música en todos los países hicieron entradas de vlog reaccionando al videoclip rico en imágenes susceptibles de interpretación: la primera de ellas, un hombre negro que toca la guitarra mientras la canción repite jocosa “We just want to party (Solo queremos estar de fiesta)”  y que será fusilado por el mismo Gambino que aparece con el rostro desfigurado por su gesto pronunciado, despojado de ropa  y cuya coreografía recuerda el baile de las marionetas (los actuales traperos gringos) a las que hace referencia; otras imágenes relevantes del video apelan a la violencia policial, al suicidio de hombres negros, a la crítica al lujo y la ostentación, a los bailes aparentemente inocentes que limpian la imagen de personas relacionadas con el narcotráfico (“I got the plug on Oaxaca (Tengo la conexión (del cartel) en Oaxaca” dice Gambino mientras hace un shoot dance y sus bailarines adolescentes hacen un roy purdy hipnotizados a su alrededor); la imagen final es quizás la más inquietante: en un plano claroscuro en el mismo parqueadero en el que Gambino ha brillado, bailado, fumado y lanzado billetes es ahora perseguido por una turba blanca, desenfocada mientras la canción repite, casi sin fuerzas, “You just a black man in this world, you just a barcode (Eres solo un hombre negro en este mundo, solo eres un código de barras)”, las difusas escenas en las que se mueve un Gambino austero y perturbador, sumados al despliegue técnico de los planos secuencia que conforman el videoclip y la propuesta ambigua de la letra y la música podrían entenderse como una alegoría de la situación, también difusa y matizada, de las comunidades negras en Estados Unidos que no pertenecen al jet set. El antecedente artístico más evidente de esta situación es justamente la serie “Atlanta” que coprotagoniza Gambino y que pone en profundidad estos temas que afectan a la juventud racializada en Norteamérica: el sueño americano de ser una estrella de la música, el racismo de la industria cultural, la angustia familiar, el consumo de drogas, la party life, entre otros. Gambino no defiende la idea de que Estados Unidos sea América, al contrario, hace una crítica mordaz y fiera de que eso que ellos llaman América, no funciona. 

Residente, por su parte, responde con un video patriotero de esta gran patria que es Latinoamérica y cuya identidad se ha construido desde el imaginario mismo de la conquista y la colonia. Esta identidad latinoamericana en la que nos unen el aguante, la resistencia, la resiliencia, el idioma, la devoción por el cristianismo, la gastronomía y lo exótico replica la noción de buen salvaje y lejos de ser nueva ya la proponía Colón en sus diarios de viaje y la tomarían los independentistas criollos (hijos de españoles que querían más poder sobre el territorio) como bandera contra los realistas a inicios del siglo XIX. Residente la conoce y la recicla en un videoclip que intenta replicar los niveles de lectura e incluso el impacto visual de la violencia de “This is America”, incluso re-fusila a Víctor Jara y revive los falsos positivos, en una combinación frenética de imágenes de gente envuelta en banderas (que coinciden con las banderas de los países en que más le escuchan en plataformas), de niños indígenas en trajes rituales, de mujeres zapatistas y mujeres cantaoras, bailarines de tango, entre otras. En el plano final, parece que América se reduce a una pila muertos y a trajes típicos, el contraste de las imágenes del enfrentamiento policial con los jóvenes también se queda en lo meramente ilustrativo, vemos un conflicto sin causa aparente, una fotografía magistral para una serie de planos que apenas logran idealizar el enfrentamiento del tropel sin untarse mucho, sin mencionar las causas de todo ese enfrentamiento armado y la violencia estructural que le precede. 

La canción que inicia hablando de la colonia no hace más que reproducir la lógica y la identidad latinoamericana impuesta por la misma colonia y por los herederos de los criollos que desde hace 200 años acaparan la tierra, las empresas y la producción. Nadie exige a los cantantes que hagan ensayos elaborados sobre estos temas en sus canciones, sin embargo, al camaleón de Residente siempre es bueno tomarlo con pinzas: “nada es lo que parece, todo vuela a la velocidad del pensamiento”, dice el poeta Fernando Cely. Para ahondar en esta idea de la identidad latinoamericana y cómo se ha usado para perpetuar ese imaginario colectivo de que seguimos siendo eso que el imperio español construyó en este lado del globo, te comparto una playlist que hemos curado para escuchar con más atención y crítica que devoción. Este artículo no es más que una excusa para dejarte una pregunta: para ti qué es América. 

Facebook
Twitter
WhatsApp
Telegram

Otras entradas del Blog

Ir arriba