el sonido que necesitas

Óigame, Compay

Por: Kamila Moreno
@corazondetiza19

Cuba, qué linda es Cuba.

“Yo soy un hombre sincero, de donde crece la palma. Y antes de morir yo quiero, cantar mis versos del alma.”

A propósito de las manifestaciones sociales que se han ido desarrollando en Cuba por estos días, los enfrentamientos entre la ciudadanía y las autoridades, y los medios de comunicación colombianos que emiten una voz de solidaridad al pueblo cubano para que sea “liberado” (mientras que censura, estigmatiza y subvierte las luchas del pueblo colombiano), ¿por qué no escribir sobre ella e intentar desenmarañar la historia que hay tras sus calles, su gente y sus canciones?

La invasión

Para comenzar, cabe mencionar que Cuba fue invadida por Cristóbal Colón en octubre veintiocho de 1492 tras su primer viaje en donde pensaba que llegaría al imperio del gran Khan. La isla ya estaba habitada por más de cien mil amerindios como los Guanajuatabeyes, los Ciboneyes, los Tainos, los Arawaks, entra otros. La isla tomó su nombre dada su nominación indígena: Cubanascan. Posterior a ello, Juan de la Cosa hizo los respectivos procesos cartográficos y en 1508 Sebastián de Ocampo le dio la vuelta completa a la isla.

Bajo la orden de Diego Velázquez (no el pintor sino el gobernador) la colonización tuvo su inicio en 1511 y en menos de cinco años la población indígena de tinte pacífico y conciliador había sido sistemáticamente torturada y masacrada dando como resultado la considerable reducción de esta: de miles a cientos de habitantes. Por si esto fuera poco, las reservas de oro también fueron agotadas rápidamente en tanto Cuba resultó ser la base de abastecimiento para algunas expediciones españolas hacia otros territorios que serían también invadidos: México y Panamá.

Sin oro, la administración local debía encargarse de generar actividades económicas rentables y descubrieron en el tabaco, la importación de esclavos africanos, las plantas que servían para tinturar y eventualmente la caña de azúcar el desarrollo económico que buscaban convirtiéndose en una base portuaria desde América hasta Europa teniendo una gran activación comercial.

En América a comienzos del siglo XIX las discrepancias de clase y raciales entre españoles y criollos llegaron a su límite puesto que los pueblos de la “América española” querían independizarse a lo que las autoridades locales tuvieron que hacer frente a múltiples manifestaciones. Cuba no fue la excepción y sus revueltas tuvieron un gran desarrollo debido a las hazañas de Carlos Manuel de Céspedes quien era dueño de un dominio azucarero y liberó a sus esclavos incitándolos a ellos y a sus compatriotas a la revuelta formando grupos de manzanilleros exacerbados y desatando la guerra de los Diez Años entra 1868 y 1878.

El conflicto finalizó tras la derrota de los insurgentes. Sin embargo, se lograron acuerdos y concesiones importantes ante las exigencias por las que se había desatado la guerra. De uno u otro modo, la isla obtuvo una autonomía en sus decisiones dando paso a grandes cambios como la abolición de la esclavitud en 1880 y la equidad entre blanco y negros en 1883, la gestación de los primeros partidos políticos y como nunca puede faltar en un país que empieza a prosperar, las empresas norteamericanas incrementaron sus inversiones en el territorio cubano. Así pues, se hace evidente que Cuba hace parte de los tantos territorios sometidos, invadidos y saqueados por un poderío externo.

Guajira, la independencia te llama

Tras la intrusión de Estados Unidos en la isla era de esperarse que las reformas propuestas fueran poco acatadas, y el pueblo cubano se hizo escuchar de nuevo en 1895 bajo el mando de José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez quienes estaban en el PRC (Partido Revolucionario Cubano) constituido en 1891. Tras estos estallidos sociales (y siendo dueños y señores del mercado de azúcar de Cuba) Estados Únicos intervino en abril de 1898 y anticipó el inicio de la guerra hispanoamericana causada también por la pérdida del Maine, una embarcación de guerra americana que se presumió a España como principal atacante.

Con el fin de este conflicto, llegó el tratado de París del 10 de diciembre de 1898 en donde España renunciaba a su soberanía sobre la isla y ¡Oh Sorpresa!
un gobierno militar fue puesto en plaza por los norteamericanos. La república de Cuba fue formalmente república desde el 20 de mayo de 1902. Sin embargo, y
como suele suceder en los procesos independentistas, la libertad de cualquier poderío no sucedió, pues la constitución incorporó la enmienda Platt que
permitiría la intervención norteamericana en todos y cada uno de los asuntos del país además de la instalación de dos bases navales en Cuba, en contrapartida de concesiones aduaneras.

En marzo de 1952, el presidente Batista tomó el poder con el respaldo de la armada, y si bien en un primer momento tuvo el apoyo de los sindicatos y los comunistas (dado que en apariencia era de uno una insurrección de yugo norteamericano), los cubanos de dieron cuenta que su régimen estaba cargado de corrupción, criminalidad y despotismo en tanto el dominio de los capitales ajenos al país (obvio los norteamericanos) aumentó considerablemente teniendo un control sobre el 90% de las minas níquel y los recursos agrícolas, el 80% de los servicios “públicos”, el 50% de las vías férreas y junto con el Reino Unido, dominaban toda la industria petrolera.

Tras estos vejámenes cometidos en un territorio “independiente”, el descontento del pueblo aumentó, y una oposición lideró las protestas desde algunas esferas intelectuales. En 1953 tuvieron su primer intento de levantamiento dirigido por Fidel Castro, que por supuesto Batista lo aplastó al enviar a Fidel a la prisión que posteriormente gracias a la amnistía para los y las presas políticas concedida por el dictador (entre otras ironías) decidió exiliarse en México.

Y en eso volvió Fidel

Contra todo pronóstico, en diciembre de 1956 Fidel Castro regresó en una desembarcación a la Sierra Maestra con aproximadamente 80 rebeldes (entre ellos Ernesto Guevara) y por dos años, “Los Barbudos” lideraron una guerrilla llamada Movimiento 26 de Julio, que pretendía alzarse en armas contra el ejercitó gubernamental encargándose también del sostén y manutención de gran parte de la población. Estados Unidos ante la presión que representaba tener una guerrilla en “su territorio”, decidieron suspender los envíos de armas al presidente en marzo del ’58 logrando que la contraofensiva avanzara y Batista tuviera que dejar el país el 1 de enero del ’59. Con Fidel Castro a la cabeza fue nombrado un gobierno provisional que inmediatamente lanzó una reforma agraria, confiscó tierras a los norteamericanos, nacionalizó el azúcar y el petróleo y parte de sus políticas de grandes trabajos tenía que ver con darle una solución al desempleo y
eventualmente mejorar el sistema educativo y la salud pública. 

Para inicios de octubre de 1960, Washington impuso sobre la isla un embargo comercial (que hoy por hoy se mantiene bajo otras dinámicas), es decir, que se prohibía comerciar y negociar con Cuba causando la ruptura total de las relaciones diplomáticas en enero de 1961. En abril de este año, un grupo de exiliados anticastristas (obvio sostenidos y agitados por los Estados Unidos) llegó a la bahía de los Cochinos y el fracaso de este prospecto de invasión solo impulsó y aceleró la orientación socialista del régimen. A mediados de octubre Estados Unidos descubrió que en Cuba había rampas de lanzamientos de misiles de la Unión Soviética por lo que el presidente Kennedy anunció un bloqueo naval de la isla y tras varios días de negociaciones el dirigente soviético a cargo decidió retirar sus misiles. Y en 1965, los gobiernos llegaron al acuerdo de permitir a los cubanos emigrar a los Estados Unidos logrando que más de 260 mil personas (personas con medios de producción, con tierras y bienes aka burgueses como Celia Cruz) dejaran la isla antes del fin del puente aéreo en 1973. 

En noviembre de 1993, la Asamblea General de la ONU realizó una resolución pidiendo el fin del embargo norteamericano enviada como propuesta de ley al Congreso de los Estados Unidos, sin el más mínimo éxito. También en 1993 el descontento general y el incremento de la pobreza llevó a realizar reformas económicas como la legalización del porte de dólares y los mercados paisanos libres.

A propósito del dominio económico, Cuba exploró las inversiones extranjeras y el turismo. La condena y casi que excomulgación del Papa al embargo norteamericano forzó a los Estados Unidos a suavizar su política de firmeza con respecto a La Habana. No obstante, tomaron medidas contra toda empresa extranjera que comerciara con Cuba o invirtiera en la isla, medida que tuvo algunas pausas pero que no se ha eliminado del todo estimando que el impacto total del embargo en la economía de la isla es de 90.000 millones de dólares teniendo en cuenta la pérdida de ganancias por exportaciones, los mayores costes de importaciones, las limitaciones en el crecimiento de la economía, y los daños sociales.

Ahora bien, toda esta retahíla histórica en forma de blog más allá de persuadir, pretende trascender lo que se sabe a propósito de Cuba puesto que se hace evidente el yugo colonial, imperialista y demagogo que desde hace siglos ha intentado erradicarse en Cuba y desde Surterráneo consideramos pertinente que antes de sentar un precedente o un juicio sobre la situación de Cuba, te empapes del antes, durante y después de los Barbados (Ya te diste cuenta que Cuba no es
solo Fidel Castro) y por supuesto que no solo con texto sino también con canciones. Así que aquí te dejamos una playlist para que te deleites con el son, el guaguancó y el güiro además de algunas reseñas de las canciones que consideramos más emblemáticas para este territorio y su arte:

Acontecimientos como la revolución cubana, la descolonización africana, la guerra de Vietnam y el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos sugirieron a la sociedad que el mundo estaba cambiando exponencialmente, y bajo esa premisa y en ese convulso contexto varios artistas expresaron su compromiso político, sentido y revolucionario. En el campo musical, abundaron movimientos a lo largo del continente que reivindicaron la canción política como arma de lucha y que afines a la izquierda política, alzaron la bandera del antiimperialismo y manifestaron apoyo a los procesos revolucionarios desatados en diferentes partes. Tal es el caso de la nueva canción chilena cuyo principal exponente fue Victor Jara y, a propósito de Cuba compuso una canción que no solo sienta una postura respecto a la revolución cubana, sino que también nos brinda un recorrido característico de la isla y además reitera el sentido colectivo de los países como un todo:

 

Si yo a Cuba le cantara, le cantara una canción,
tendría que ser un son, un son revolucionario,
pie con pie, mano con mano, corazón a corazón.
Como yo no toco el son, pero toco la guitarra,
que está justo en la batalla de nuestra revolución,
será lo mismo que el son qui hizo bailar a los gringos,
pero no somos guajiros, nuestra sierra es la elección

Por ilógico o contradictorio que parezca, tanto la Sonora Matancera como muchos de sus intérpretes en algún momento estuvieron asociados a la estación de radio Mil Diez que pertenecía al Partido Socialista Popular de Cuba (precursor del Partido Comunista) y en cuyas normas figuraban la absoluta oposición a la discriminación contra los afrodescendientes en la racista sociedad cubana. Celia Cruz desde sus inicios simpatizó muy abiertamente con el proceso de
reformas que estaban ocurriendo en la isla, tanto así que en 1959 lanzó por la estación de radio CMQ su canción titulada Guajiro llegó tu día y hace toda una apología al modelo propuesto por Fidel Castro. Sin embargo, no es un secreto que la cantante luego decide irse de la isla (y compone otras canciones poco
afines a la revolución), pero no porque no tuviera condiciones materiales para quedarse, todo lo contrario; tenía bastante y al saber que debía repartirlo teniendo en cuenta los preceptos en los que Fidel regía, decidió abandonar la isla. Parte de la canción nos dice:

Guajiro,ya llegó tu día.
Dura es la vida del campo, trabajar de sol a sol
Para ganar tres pesetas y para comprar frijol
Reforma Agraria es el grito que Fidel lanzó en la Sierra
Que estremece a Cuba entera y a la América también. 

Guantanamera es una canción muy popular cubana y su nombre se refiere una mujer de Guantánamo, una ciudad ubicada en  punta del sudeste de la isla de Cuba. Sin embargo, tras la simple mención de una mujer se esconde todo un hito simbólico de la disputa del territorio cubano dado que actualmente en Guantánamo está la base naval americana y una prisión que muchas organizaciones de derechos humanos han considerado un campo de concentración. La melodía es de los años 30 aunque hay quienes sostienen que tiene orígenes anteriores. Del texto hay varias versiones, pero la más conocida es la que interpreta Pete Seeger, quien durante el período de la revolución la hizo famosa en todo el mundo. La primera parte de la canción está hecha de un par de versos del poeta José Martí que fueron publicados durante la guerra de la independencia por lo que la canción se considera una canción patria que enaltece la independencia, el amor y la justicia social. La canción inicia diciendo que:

Yo soy un hombre sincero de donde crecen las palmas
Yo soy un hombre sincero de donde crece la palma
Y antes de morir yo quiero echar mis versos del alma
[…]  No me pongan en lo oscuro a morir como un traidor
Yo soy bueno y como bueno moriré de cara al sol

Frank Delgado es un cantautor cubano que hace parte del movimiento de la Nueva Trova. Se describe a sí mismo como juglar Moderno y trovador a la vieja usanza. Sus canciones, si bien se basan en varios temas, reinciden en la crítica a los problemas diarios de Cuba, el cubano común y las diferentes problemáticas que convergen entre el ser individual y colectivo. Respecto a esto, Frank menciona que “Yo no sé cómo se hace un país, pero sí sé cómo no se hace.” Entre toda su obra, hay dos cancines que vale la pena mencionar: la primera se titula Carta de Un Niño Cubano a Harry Potter, que cuenta la historia de un niño cubano que escribe una carta contando las peripecias y la “magia” que debe hacer su familia para sobrevivir haciendo una comparación entre él y Harry Potter: “Harry Potter se cree que es un pobre diablo porque tiene su cuarto bajo la escalera. Ya quisiera en sueños tener tanto espacio. Ven a la barbacoa de mi Habana Vieja. Y la segunda canción
es La otra orilla, que hace alusión a la orilla estadounidense de Miami y a los viajes que como cubanos a veces algunos familiares desean emprender:

Bailando con los van van, oyendo a Silvio y Pablito.
Haciendo cola pa’l pan, o compartiendo traguito.
La dignidad y la distancia son más de noventa millas.
Yo decidí a cuenta y riesgo quedarme aquí en esta orilla.

Descarga nuestra playlist para acompañar el artículo y recuerda que como a Fidel, a nosotras también nos absolverá la historia. 

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