Censura rima con dictadura
Por: Kamila Moreno
@corazondetiza19

¡Libertad a Pablo Hasél!
“La música además de entretener: difunde, asume y ejerce ideologías.”
A propósito de la semana santa que, sino celebras por credo, disfrutas por ocio, vale la pena hablar de su epicentro y gestación: la iglesia católica cuyo auge fue en la Edad Media, época que se durante el siglo I cuando Teodosio I impuso la religión cristiana como religión oficial dando comienzo a la articulación de todos los escenarios posibles en la sociedad con la religión. Esta articulación dotó a la iglesia de toda potestad para decidir qué sí y qué no en cuanto a mandatos, modos de vestir y formas de entretenimiento. Así, a las mujeres que se reunían en aquelarres las quemaban vivas por brujas, gran parte de los impuestos que el pueblo daba era para el mantenimiento de las iglesias y la música con instrumentos y voces femeninas era considerada como profana; y ni qué decir del tritono o de la quinta disminuida: el intervalo musical por donde el Diablo se colaba dizque para hacer de las suyas.
Hablando de arte, cabe también mencionar que con la llegada de la imprenta (1440), la Iglesia sintió una amenaza en su autoridad y hegemonía porque ya no era solo el clero quien tenía acceso a la información sino también el pueblo y esto logró la alfabetización en todas las clases sociales llevando a cabo el cuestionamiento, la incomodidad y algunos ápices de rabia de los de abajo, y claro que la música como manifestación específica del arte tomó fuerza no solo para el entretenimiento sino para la difusión de la información, y podríamos decir que desde estos tiempos la música ha estado en el ojo de la iglesia, del estado y de la hegemonía logrando (al mejor estilo del Gran Hermano) censurar, restringir y boicotear lo que tienes derecho a saber pero ellos no quieren que sepas bajo un sinnúmero de excusas, artilugios y artimañas: que los demonios, que eso es pecado, que el ruido, que el vandalismo, etc. Sin embargo, y pese a todo pronóstico, la música ha sabido siempre resistir y re existir en el tiempo y por esta razón, hoy te traigo un popurrí de canciones que han sido censuradas a lo largo de la historia en el mundo, además de crear una playlist para ti y tu lado más hereje y profano:
Encabezando la lista no podría estar sino Madonna con su canción Like a prayer que logra a partir del símil disipar las diferencias entre lo mundano y lo sagrado desde varios puntos de vista. Uno de ellos es cuando menciona que:
Cuando dices mi nombre es como una pequeña plegaria estoy de rodillas
te quiero llevar ahí a la media noche puedo sentir tu poder.
Simplemente como una plegaria, tú sabes te llevaré ahí.
Además de la letra de la canción, que resultó ser bastante sugestiva (por aquello de la transubstanciación que nos muestran a lo largo del vídeo y sus connotaciones sexuales), la producción audiovisual tampoco ayudó mucho a desmentir el propósito blasfemo de la cantante puesto que en este la protagonista (interpretada por Madonna), presencia un feminicidio a manos de dos hombres blancos que, en conjunto con los demás elementos dispuestos en el vídeo, sabemos que son todos unos supremacistas. Por este crimen, arrestan a un hombre negro y la protagonista se oculta en una iglesia para aparentemente obtener la fortaleza que le permitirá declarar. Acompañando a esta historia, se muestran algunos símbolos propios de la religión católica como lo son algunos estigmas en las manos de ella, un campo con cruces en llamas (muy por el estilo del Ku Klux Klan) y también se le ve besando a un santo negro en un sueño. Dado el alto contenido antirreligioso y antirracista, el Vaticano censuró el vídeo logrando que se prohibiera en algunos países y también, orquestó el boicot, el veto y la cancelación del contrato de un comercial de Pepsi cuyo jingle era una parte de la canción.
RATM o Rage Against The Machine en un grupo estadounidense de niu-metal que siempre ha dado de qué hablar por el contenido de sus letras, los performances en sus conciertos y una que otra declaración antisistema en sus entrevistas. En 1992 lanzaron su primer sencillo titulado Killing in the name que, gracias a la figura fonética de la repetición logra exponer de una manera más literal que figurativa la represión, violencia y discriminación que ejercía la policía de los Estados Unidos a los afroamericanos. Parte de su letra nos dice:
Aquellos que murieron están justificados, por llevar una placa de policía,
son los elegidos blancos (blanco de raza). Justificas aquellos muertos,
llevando una placa, son los elegidos blancos.
Además de esto, la canción dice dieciséis veces ‘Fuck you, I won’t do what you tell me’, por lo que muchas estaciones de radio decidieron no pasar la canción o modificarla y el canal MTV también decidió no pasar el vídeo. Y, por si fuera poco, el álbum también fue vetado en cuanto a su distribución debido a que su portada contenía la imagen real de un monje quemándose a lo bonzo (quemarse o suicidarse «a lo bonzo» es hacerlo «rociándose de líquido inflamable, y prendiéndose fuego en público, en acción de protesta o solidaridad») y en muchos establecimientos de distribución musical la portada del álbum debía ser tapada con stickers del logo de la banda.
Y por si llegas a pensar que este tipo de censuras y represión son cosas del siglo pasado, en 2015 el cantante de rap español Pablo Hasel ha sido condenado a dos años y un día de cárcel además de tener que pagar 24300 euros por “insultar, enaltecer el terrorismo y calumniar en varias de sus canciones a la monarquía española”. La principal evidencia que mostraron las autoridades (además de sus tuits y publicaciones en las redes sociales) fueron fragmentos de la canción Juan Carlos el Bobón que reza:
Cuántos millones y millones han saqueado y derrochado durante tantos años tantos miembros de la familia real
Luego los psicópatas que nos gobiernan dicen que no hay dinero para derechos de primera necesidad.
Pero tienen los años contados, se acerca la república popular.
Y si bien, el rapero no ha utilizado tanto los recursos audiovisuales como nuestros artistas antes mencionados, con sus letras y declaraciones públicas ha bastado, pues se estima que al menos 1.915 tuits han sido utilizados en su contra por incluir las palabras “monarquía, ETA, rey, terrorismo, bomba, borbón, policía, Guardia Civil, parásitos, ladrón, mafiosa y medieval monarquía” y que el juez considera son impertinentes, injustas e innecesarias. Dicho esto, cabe mencionar una vez más que la música además de entretener: difunde, asume y ejerce ideologías, preceptos y nociones por lo que no puedes perderte la playlist que hemos creado en torno a lo profano, lo sacrílego y lo blasfemo desde tiempos inmemoriables además de seguir forjando la certeza de que no nos sigan ‘killin’ in the name of quien nos produce hambre’.